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EL GANADO VACUNO
Desde los lejanos tiempos de la Prehistoria, el ganado vacuno ha constituido un factor predominante en el desarrollo de la vida, cultura, economía y religiosidad del hombre, influyendo de un modo decisivo en su evolución social.
El uro, su más genuino y primitivo representante, atrajo siempre la atención del cazador. Como fuente de recursos cárnicos, óseos y peleteros, su posesión derivó en su domesticación, convirtiéndose, además, en compañero ideal para el laboreo de los campos.
. Su fuerza, acometividad y belleza le asemejaron a reyes y dioses, quienes lucían sus astas en coronas y diademas como emblema de poder, e hicieron de él, protagonista esencial de sus prácticas lúdicas y cinegéticas.
Su bravura y potencial genésico sustentaron multitud de mitos y leyendas, perpetuando su especie como víctima selecta en el altar y como eminente mensajero entre cielos y tierra.
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