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Desde entonces, el ejercicio venatorio debió de implicar un peligroso divertimento, donde el captor antes de dar muerte a su oponente, esquivaba sus afilados pitones arriesgando su vida con audacia y valor y recibiendo como premio la admiración y el respeto de la comunidad. Muchos milenios han transcurrido desde esos momentos iniciales. Las prácticas lúdico-cinegéticas fueron adoptando diversas modalidades, conformando el sustrato y el fundamento de las celebraciones de hoy. Se plasma con mayor fuerza en las fiestas populares, las corridas de toros y otras manifestaciones de la tauromaquia en el área mediterranea más occidental e Iberoamerica. ![]() EL TORO EN LA CULTURALa civilización occidental, heredera de valiosas tradiciones y modos de vida, es depositaria de conocimientos y de sabiduría a través de los cuales el hombre moderno puede desvelar los cimientos de su propia Historia e interpretar muchas de las costumbres de sus contemporáneos. Los juegos del hombre y el toro constituyen sin duda un espectáculo que hunde sus raíces en tiempos muy lejanos, aquellos en los que el cazador, siempre al acecho de sus piezas, descubrió la agresiva respuesta de la res ante el acoso y la nobleza de su embestida.
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