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IMPORTANCIA DEL TORODesde los lejanos tiempos de la Prehistoria, el ganado vacuno ha constituido un factor predominante en el desarrollo de la vida, cultura, economía y religiosidad del hombre, influyendo de un modo decisivo en su evolución. El uro, su más genuino y primitivo representante, atrajo siempre la atención del cazador. Como fuente de recursos cárnicos, óseos y peleteros, su posesión derivó en su domesticación, convirtiéndose, además, en compañero ideal para el laboreo de los campos. Su fuerza, acometividad y belleza le asemejaron a reyes y dioses, quienes lucían sus astas en coronas y diademas como emblema de poder, e hicieron de él, protagonista esencial de sus prácticas lúdicas y cinegéticas. Su bravura y potencial genésico sustentaron multitud de mitos y leyendas, perpetuando su especie como víctima selecta en el altar y como eminente mensajero entre cielos y tierra. Sin entrar en polémica con la forma de realizarse las distintas fiestas populares españolas, la defensa del toro bravo está ampliamente justificada. Ha sido un instrumento importante de transmisión de ciertos valores culturales de la sociedad a lo largo de la Historia. Por otra parte, sus características biológicas peculiares y únicas, que representan algunos signos positivos de comportamiento, le hacen merecedores de mantener protegida su existencia para generaciones futuras. Sus rasgos de acometividad, fortaleza, coraje en la embestida, nobleza de respuesta ante el acoso, belleza de formas, armonía de movimientos, permanencia en su acción de defensa, liderazgo de grupo, capacidad genésica y otras cualidades específicas, le convierten en un animal emblemático para pueblos, generacines y grupos y líderes sociales.
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